Velocidad de Obturación y Fotos Movidas: Cómo Dominar la Trepidación

Velocidad de Obturación y Fotos Movidas: Cómo Dominar la Trepidación

Como ya te hemos comentado alguna vez, la velocidad de obturación forma parte del triángulo de la exposición, junto con la apertura de diafragma y la sensibilidad ISO. Estos 3 parámetros son los que determinan la exposición de una fotografía.

Pero la velocidad de obturación no solo influye en la exposición de la foto, es decir, no solo va a determinar cuánta luz capta el sensor de nuestra cámara. También tiene otras implicaciones, como la trepidación. En este artículo vamos a ahondar en ella y vamos a aprender tanto a evitarla como a utilizarla de manera creativa.

¿Qué es la Trepidación?

Puede que no conozcas el significado del concepto “trepidación” pero seguro que la has sufrido más de una vez. ¿Alguna vez te ha salido una foto movida? Pues eso es la trepidación.

La podríamos definir como una falta de nitidez en la fotografía o en parte de ella, causada por algún tipo de movimiento, temblor o vibración. No debemos confundirla con un desenfoque, ya que en ese caso la causa de la falta de nitidez es que el punto de enfoque no se corresponde con el centro de interés de la fotografía.

En cambio, en el caso de una fotografía trepidada podemos tener el centro de interés perfectamente enfocado y aun así tener una falta de nitidez, como te decía antes, a causa del movimiento tanto de la propia cámara como del sujeto fotografiado.

Es por eso que si queremos evitar la trepidación deberemos hacer que el obturador de nuestra cámara se abra y cierre más rápido que el movimiento que estamos registrando.

Y no solo debemos tener en cuenta el movimiento del sujeto fotografiado sino también nuestro propio movimiento. Nuestro pulso también va a influir en la fotografía y si la velocidad de obturación es demasiado lenta, la foto también se trepidará.

¿Entonces cuál es la velocidad de obturación mínima a la que podemos disparar sin que nuestro pulso trepide la fotografía? Lamentablemente no hay una respuesta absoluta a esta pregunta. Va a depender mucho no solo del pulso y la estabilidad de cada persona sino también de la distancia focal. Vamos a ahondar en este aspecto en el siguiente punto.

Distancia Focal y Trepidación

La distancia focal influye, y mucho, en la trepidación. Cuanto mayor sea la distancia focal a la que estemos disparando, mayor será la velocidad de obturación necesaria para que la fotografía no se trepide.

¿Por qué? Es muy fácil ver esto con un ejemplo práctico. Monta en tu cámara el objetivo más angular que tengas. Si solo tienes un objetivo zoom, usa la menor distancia focal que te permita poner (como 18 mm, por ejemplo). Mira a través del visor y fíjate en el movimiento que provoca tu propio pulso. No se nota mucho, ¿verdad?

Ahora cambia al objetivo más largo que tengas, por ejemplo un teleobjetivo, o si solo dispones de un objetivo zoom haz zoom a tope (100 mm, por ejemplo). Vuelve a mirar por el visor. ¿Notas cómo ahora sí se nota mucho más el tembleque de tu pulso?

Cuanto mayor es la distancia focal a la que estemos disparando más evidente va a ser el temblor provocado por nuestro pulso. Por eso cuanto mayor sea la distancia focal a la que estemos disparando, mayor será la velocidad de obturación que necesitaremos para evitar la trepidación.

Hay una regla no escrita que dicta que la velocidad de obturación debe ser superior a los mm. de la distancia focal que estemos usando. Por ejemplo, si estamos usando un 50 mm deberíamos disparar a más de 1/50 y si disparamos a 300 mm deberíamos usar una velocidad superior a 1/300 mm.

Por supuesto esta “regla” es más bien un consejo, algo con lo que poder guiarte de antemano para saber a qué velocidad deberías disparar aproximadamente. Pero hay muchos factores que influyen sobre ella, aumentando o disminuyendo el tiempo máximo de exposición con el que podemos hacer una foto sin trepidación:

El pulso del fotógrafo: Esto es obvio, no todos somos iguales. Hay gente que tiene pulso de cirujano y otra gente que tiembla más que un flan en un tren. Por eso lo ideal es conocerte a ti mismo para saber dónde está tu límite. La estabilidad del fotógrafo: Ya no solo es cuestión de tener mejor o peor pulso, sino también de la estabilidad que tengas en el momento del disparo. Aprender a sujetar correctamente la cámara y a colocar tu cuerpo para ganar mayor estabilidad será clave para poder disparar a velocidades más lentas sin trepidar la fotografía. El estabilizador de la cámara y del objetivo: También va a influir mucho el estabilizador interno de tu cámara y objetivo. Hay estabilizadores mejores y peores, o incluso puede que nuestro equipo no disponga de estabilizador. De la misma manera que debemos conocernos a nosotros mismos también deberemos conocer nuestro equipo para saber a qué velocidad podremos disparar sin que la foto salga movida. Las condiciones meteorológicas: Todo influye, y por supuesto el ambiente externo también. El viento o el frío extremo pueden obligarnos a tener que disparar a velocidades superiores para evitar la trepidación. El movimiento del sujeto: No solo nos tenemos que fijar en nuestro propio movimiento. El movimiento del sujeto fotografiado va a ser igual de importante y también lo deberemos tener muy en cuenta a la hora de decidir a qué velocidad de obturación disparar. Cuanto más rápido se mueva el sujeto mayor será la velocidad de obturación necesaria para que no aparezca movido dentro de nuestra fotografía. Incluso aunque una persona esté quieta tiene también su propio pulso que deberemos tener en cuenta. Incluso aunque estemos fotografiando un paisaje que no se mueve, el viento puede hacer que la hierba, los árboles e incluso las nubes se trepiden.

Aunque la cámara estaba sobre un trípode, el fuerte viento hizo que se trepidaran los arbustos del primer término

Usando la Trepidación a Nuestro Favor

La trepidación no siempre es un error. Por supuesto, será un error si no era nuestra intención que ocurriera, pero hay ocasiones en que la trepidación se busca para darle a la fotografía un significado o un toque creativo.

#1. Trepidar Toda la Fotografía

Normalmente si una fotografía está trepidada se deberá a un error. Sin embargo, a veces se puede buscar esta trepidación a propósito en fotografías con una intención más creativa o transgresora. La trepidación puede transmitir muchas sensaciones, como velocidad, mareo, agobio, ansiedad, etc. dependiendo del contexto de la fotografía.

Por eso en algunas ocasiones que una fotografía esté trepidada no implica que esté mal hecha. Si su autor ha buscado transmitir alguna de estas sensaciones con ella, la fotografía puede ser perfectamente válida. Como con casi todo en fotografía, lo que prima es la intención del autor.

#2. Trepidar al Centro de Interés

Podríamos pensar que si justo el centro de interés de nuestra fotografía sale trepidado es indiscutiblemente un error.

Pero muchas veces se busca la trepidación del centro de interés para transmitir sensación de movimiento o velocidad. Por ejemplo un coche trepidado puede transmitirnos que va a gran velocidad. A veces ni siquiera es necesario trepidar todo el centro de interés. Trepidar los pies de un ciclista o las alas de un pájaro será suficiente para darnos esta sensación de movimiento.

Fragmento Fototip Trepidación Creativa

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