Qué maravillosa es la fotografía que según la lente que utilicemos podemos ver el mundo de formas muy distintas, ¿verdad? En este artículo quiero centrarme en los teleobjetivos, un tipo de lente capaz de acercarnos a la acción y al motivo protagonista de la foto sin que este llegue a percatarse de nuestra presencia. Sin que lleguemos a interrumpir la acción o el momento que estamos retratando.
Quédate conmigo para descubrir la esencia de este tipo de objetivos y aprender a sacarles todo el partido.
Qué Es un Teleobjetivo y Tipos
Un teleobjetivo es una lente que se caracteriza por tener una distancia focal larga, que puede ir desde los 70 mm hasta superar incluso los 300 mm. Al contrario que los angulares cuya distancia focal es corta y que lo que hacen es exagerar al sujeto que colocamos más próximo a la lente, los teleobjetivos nos permiten acercarnos a nuestro punto de interés, así como también nos permiten acercar motivos o sujetos que están lejos entre sí. Esto lo hacen porque se produce un efecto llamado compresión de la perspectiva, que provoca que todo aquello que aparezca en el fondo de una imagen parezca que está visualmente más cerca.
¿Y para qué nos puede venir bien el empleo de un teleobjetivo?
Para captar primeros planos y centrar la atención en un punto concreto. Para acercarnos a un elemento que se encuentra a bastante distancia de nosotros. Para resaltar las diferencias de tamaño entre diferentes elementos. Para comprimir los planos de imagen, y en consecuencia, la perspectiva. Para aislar a un sujeto y separarlo del fondo. Para conseguir tomas con una profundidad de campo escasa y un bonito bokeh.
Por otro lado, dentro del grupo de lentes categorizadas como teleobjetivos podemos hacer algunas distinciones. Primero las dividiremos entre lentes zoom y lentes fijas, porque no, un teleobjetivo no tiene por qué ser necesariamente zoom.
Los teleobjetivos zoom son aquellos que ofrecen diferentes distancias focales, como por ejemplo un 70 mm – 200 mm, lo cual los hace más versátiles pero a cambio suelen ser menos luminosos y nítidos. Los teleobjetivos de focal fija sin embargo solo ofrecen una única distancia focal, como por ejemplo 500 mm, pero pueden ser más luminosos y nítidos ya que su construcción no resulta tan compleja.
La segunda forma de clasificarlos es en relación a la distancia focal cubierta, con la que podemos distinguir entre teleobjetivos cortos, teleobjetivos largos y super-teleobjetivos.
Teleobjetivos corto 24 mm- 70 mm. Es una lente que si bien no empieza siendo un teleobjetivo, sí que llega a serlo en su posición más extendida de zoom llegando a los 70 mm, cruzando desde una posición angular hasta el teleobjetivo catalogado como corto. Es un tipo de lente que en fotografía de paisaje le podemos sacar mucho partido, ya que nos permite desde capturar la amplitud del paisaje como jugar con el efecto de compresión e la perspectiva. Teleobjetivos 70 mm- 200 mm. Una gama de teleobjetivos bastante común, que resulta ideal para retratos o para enfatizar elementos del fondo de una escena, tales como montañas u horizontes. Teleobjetivos largo 200 mm – 500 mm. Teleobjetivo considerado ya como largo por la distancia focal que cubre. Este tipo de lentes se emplea sobre todo para fotografía silvestre, fotografía de deportes o todo tipo de tomas en los que se requiera acercarse a la acción sin interrumpir o interferir en ella. Teleobjetivos 300 mm o superior. Considerados ya como super teleobjetivos por su larga distancia focal cubierta. Se utilizan sobre todo para escenas en las que necesitamos capturar elementos muy lejanos o pequeños, tales como aves o fotografía de la luna entre otros.
Cómo Reconocer una Foto Hecha con Teleobjetivo
¿Podríamos llegar a saber si una fotografía está realizada con un teleobjetivo? La respuesta es, casi seguro que sí. ¿Se trata de magia? No. Los teleobjetivos presentan una serie de características que nos harán reconocerlos fácilmente.
Por ejemplo, el campo visual que ofrecen es reducido, y más aún cuando hablamos de teleobjetivos largos. Cuando observamos una imagen hecha con un teleobjetivo tendremos la sensación de que parte de la escena no se incluye en el encuadre. Esto ocurre porque los teleobjetivos cierran el campo de visión para poder acercarnos a la acción o al retratado y realizar primeros planos a larga distancia, de forma que centramos la atención en los detalles.
Otro de las pistas que nos hará adivinar si una captura está hecha con un teleobjetivo es la profundidad de campo. Cuando te hablábamos de este importante concepto fotográfico te dijimos que una de las variables que influía en la profundidad de campo era la focal con la que trabajáramos, siendo las focales cortas las que producían una profundidad mayor, mientras que las focales largas proporcionaban una profundidad de campo menor.
Así pues, si observamos un retrato con el rostro del sujeto perfectamente enfocado, y el fondo totalmente desenfocado y plano, puedes apostar a que esa fotografía está hecha con un teleobjetivo.