¿Conoces la Ley de la Reciprocidad? Esta Ley es clave para controlar la exposición de tus fotografías, ya que va a determinar cómo debemos colocar cada uno de los tres parámetros del triángulo de la exposición (que como ya sabes son velocidad de obturación, apertura de diafragma y sensibilidad ISO).
Controlar a la perfección la Ley de la Reciprocidad es esencial para dominar el Modo Manual de tu cámara. ¿Quieres descubrir todos sus secretos?
Conseguir una exposición adecuada es una de las cosas que más preocupa a los fotógrafos y sin duda va a ser determinante a la hora de conseguir una buena fotografía. Para ello, conocer la Ley de la Reciprocidad va a ser clave. ¿No sabes lo que es?
Si alguna vez has usado los modos semiautomáticos de tu cámara te habrás dado cuenta de que a medida que vas cambiando el parámetro que puedes ajustar manualmente, los demás van variando de forma automática. ¿Pero sabes por qué ocurre esto? Por la Ley de la Reciprocidad.
Esta ley lo que nos dice es que dada una configuración de los 3 parámetros de la exposición (que como ya sabes son Velocidad de obturación, Apertura de Diafragma y sensibilidad ISO), cualquier cambio que hagamos en alguno de estos parámetros debe ser compensado por alguno de los otros dos (o por una combinación de ambos) para obtener exactamente la misma exposición que teníamos inicialmente.
Es decir, que si por ejemplo subimos la velocidad de obturación, estaremos restando luz a la fotografía porque la cámara al disparar más rápido puede captar una menor cantidad de luz. Por tanto, deberemos abrir el diafragma o aumentar la sensibilidad ISO la misma cantidad de pasos que hemos subido la velocidad para que la exposición de la toma sea la misma. O sea que básicamente, la luz que hemos restado por un lado, debemos añadirla por otro lado.
Esto se entiende muy bien con el símil del vaso de agua, que ya te explicamos cuando hablábamos del triángulo de la exposición. Vamos a suponer que un vaso de agua lleno hasta el borde simula una exposición correcta y que el agua es la luz que entra hacia el sensor de nuestra cámara. Si el agua no llega al borde significa que hay demasiado poca, es decir, tendríamos una fotografía subexpuesta. En cambio, si nos pasamos y el agua se derrama estaríamos ante una fotografía sobreexpuesta, habría demasiada luz.
Pues bien, para llenar el vaso hasta el borde podemos optar por dos caminos: podemos abrir el grifo al tope y lo llenaremos muy rápido, o podemos abrir el grifo menos y el vaso tardará más tiempo en llenarse. En ambas situaciones obtendremos lo mismo: un vaso lleno de agua.
Con la fotografía pasa igual: podemos abrir al máximo el diafragma y disparar una velocidad de obturación más rápida, por lo que entrará mucha luz en poco tiempo hacia el sensor de nuestra cámara, o por el contrario podemos cerrar el diafragma y disparar un tiempo de exposición más largo, por lo que entrará la misma luz pero más despacio. En ambas situaciones obtendremos la misma exposición en nuestra fotografía pero usando caminos distintos.
Izquierda: 1/2000 seg. – f/2 – ISO 3200 – Derecha: 1 seg. – f16 – ISO 100
Vamos a ver esto en profundidad para que quede claro.