Hay quienes la aman, y hay quienes la odian. La fotografía de larga exposición puede ser fascinante, pero tiene sus particularidades.
En el artículo de hoy repasaré contigo cuáles son las razones por las que puedes acabar enamorándote de este tipo de fotografía, aunque a primera vista no sea amor lo que sientas por ella. ¿Me das la oportunidad de convencerte?
La Fotografía de Larga Exposición
La fotografía está muy relacionada con el tiempo. Y no, no me refiero al tiempo atmosférico, sino al tiempo como medida. Podemos desde congelarlo, hasta captar su transcurso. Al igual que también podemos inmortalizar momentos y recuerdos que perdurarán para siempre a través de una imagen.
Cuando hablamos de fotografía de larga exposición, nos referimos al segundo caso que hemos descrito, el de capturar el transcurso del tiempo. Es decir, que necesitamos al menos 1 segundo de exposición o más para que en nuestra toma quede registrado todo lo que ocurre en ese breve lapso de tiempo.
Por supuesto, para poder hacerlo necesitaremos cumplir con una serie de requisitos, como por ejemplo:
Disparar sobre trípode A ser posible utilizar un disparador remoto o el temporizador de la cámara para evitar trepidaciones Y si hay mucha luz, necesitaremos emplear un filtro de densidad neutra (filtro ND)