Si eres fotógrafo principiante, puede que más de una vez te hayas llevado una tremenda decepción al observar tus fotos en el ordenador. En la pantalla LCD parecía que la foto estaba correcta pero si ahora te fijas bien, en el monitor se ve claramente que la fotografía está movida.
No te preocupes, es un error habitual que pasa más a menudo de lo que crees (incluso a los más fotógrafos más experimentados). Hoy te diremos cuáles son las pautas imprescindibles que debes seguir para evitar que vuelvas a obtener fotos movidas en tus próximas sesiones.
¿Qué es una Foto Movida?
Una fotografía movida es aquella que cuenta con una falta de nitidez en toda la imagen o en una zona concreta y que ha sido producida por algún tipo de movimiento. Puede haber sido por el desplazamiento del elemento fotografiado, por una vibración en la cámara o por el pulso del propio fotógrafo/a.
Es habitual confundir este concepto de imagen movida o trepidada, con el concepto de fotografía desenfocada. Una imagen desenfocada es aquella en la que el punto de enfoque no se corresponde con el centro de interés de la fotografía. Podemos enfocar bien una fotografía y que salga trepidada, por lo que en este caso son dos cosas independientes.
Con este ejemplo de la muñeca se aprecia de forma más evidente el tipo de falta de nitidez al que nos referimos cuando hablamos de trepidado y de desenfocado. En ambas imágenes hablamos de una foto borrosa, pero las causas que la provocan son distintas.
Pues bien, ahora que ya sabes qué es exactamente un foto movida y qué motivos la generan, veamos qué medidas podemos tomar para evitar que nos vuelva a ocurrir algo así en nuestras futuras sesiones fotográficas.
#1. Adecua la Velocidad a la Distancia Focal
Como sabes, para congelar el movimiento debes usar una velocidad de obturación alta y para disparar cámara en mano tampoco podrás usar velocidades lentas. Pues además de estos factores básicos, también deberemos tener en cuenta la distancia focal que estemos usando.
Cuanto mayor sea la distancia focal que usemos mayor deberá ser la velocidad de obturación que deberemos usar para evitar la trepidación. Haz la prueba con un objetivo zoom. Trata de mantener el mismo encuadre con la focal más corta y otra con la focal más larga ¿No notas cómo tu pulso tiembla mucho más con un distancia focal larga? Pues cuando disparas tu toma también se nota…
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Como has podido ver en nuestro TikTok, para adecuar la velocidad a la focal que estés usando existe un truco que suelen usar muchos los fotógrafos, que consiste en usar siempre una velocidad de obturación igual o mayor a los mm de la focal que tengamos en ese momento. Por ejemplo, si estamos usando una lente 50mm, nunca deberíamos disparar a menos de 1/50s. Y si fuera una lente 200mm, nunca debería ser menor a 1/200s. Esta regla no es infalible, pero te ayudará a orientarte.
#2. Usa el Trípode para Mayor Estabilidad
Si queremos evitar al máximo las trepidaciones que se pueden producir cámara en mano, la solución más práctica es la de buscar un punto de apoyo. De este modo, si el sujeto u objeto fotografiado no se encuentran en movimiento, no habrá problema en usar velocidades de obturación más bajas sin miedo a que salgan movidas nuestras fotos.
El trípode es el accesorio más utilizado por los fotógrafos para conseguir el extra de estabilidad que necesitamos para nuestras capturas. De hecho, en muchos tipos de fotografía su uso es imprescindible (nocturna, larga exposición, efecto seda, macrofotografía, HDR, timelapse, etc.)
Hay otros accesorios alternativos más ligeros y compactos que también te servirán como puede ser un monopié o un bean beag. En caso de no llevar ninguno de ellos encima también puedes ser creativo y buscar un punto de apoyo o un trípode improvisado que te salve la toma.
#3. Elige una Lente Más Luminosa
Solemos decir que un objetivo es luminoso, para una distancia focal dada, cuando ofrece una apertura máxima superior ó igual a f/2, es decir, f/2, f/1.8, f/1.4, f/1… Esto permite la entrada de más luz al sensor, lo que nos deja aumentar la velocidad de obturación un poco más.
Las lentes luminosas más económicas suelen ser las de focal fija, pues las complicaciones ópticas para fabricar un objetivo muy luminoso se multiplican si además queremos que sea zoom. Encontrarás objetivos zoom con aperturas máximas muy buenas, eso sí, prepara la cartera porque no serán baratos.
La ventaja que tenemos usando objetivos luminosos para evitar fotos movidas es que podemos abrir más el diafragma sin necesidad de aumentar tanto la sensibilidad ISO. Será más fácil conseguir una exposición correcta en condiciones de luz escasa. Eso sí, una apertura amplia también significa una profundidad de campo reducida, por lo que también estarás más limitado.
#4. Utiliza un Flash o una Luz Continua
Cuando el elemento que vas a fotografiar no es fijo y no hay bastante luz en la escena, necesitarás una ayuda de iluminación extra. Cuanto más rápido sea ese movimiento más deberás aumentar la velocidad. En muchos casos, aunque uses un trípode o un objetivo luminoso puede que no sea suficiente y que tus fotos no se expongan correctamente.
Para poder congelar el movimiento el flash es tu mejor aliado. Nuestro consejo es que elijas un flash externo en lugar del flash integrado de la cámara. El resultado siempre será mucho más natural con un flash externo rebotado o colocado fuera de la zapata que disparado directamente sobre el elemento fotografiado. El uso de difusores para flash también puede mejorar mucho el resultado final.
Por otro lado, los paneles de luz LED continua se están poniendo muy de moda tanto para grabación de vídeo como para fotografía. En más de una ocasión nos pueden ayudar a iluminar correctamente una escena logrando una luz suave y uniforme sin sombras tan marcadas.
#5. Sujeta Correctamente la Cámara
Habrá momentos en los que llevar un trípode no será posible, ya sea porque está prohibido usarlo o porque nos lo hemos dejado en casa (sin querer o queriendo). Si tampoco encontramos un punto de apoyo cerca, tendremos que confiar en nuestro pulso y nuestra estabilidad a la hora de realizar una toma es un punto esencial.
La postura de nuestro cuerpo será determinante a la hora de disparar cámara en mano y huir de las trepidaciones. Por eso, no olvides algunas pautas básicas: sujetar la cámara con las dos manos, usar el rostro como punto de apoyo, juntar los codos al cuerpo, colocar la espalda recta y tener las piernas alineadas a la altura de los hombros.